En esta charla un adolescente japonés nos cuenta su historia de cómo el yo-yo le cambió la vida.
Cuando tenía 14 años tenía baja autoestima y sentía que no servía para nada. Un día se compró un yoyo y aunque en su primer intento no le salió muy bien creyó que si practicaba mejoraría. Una semana después observó que había mejorado y no sólo eso había encontrado su pasión. Por este motivo estuvo practicando durante 4 años más y se presentó al Congreso Mundial de Yo-Yo y lo ganó.
Pero al regresar a Japón sentía que su vida no había cambiado en nada, estudió informática, pero sentía que su pasión, su corazón y su alma habían abandonado su cuerpo. Por lo que decidió dejar la compañía en la que trabajaba como informático para mostrarle al mundo su pasión, para enseñar que se puede llegar a hacer con un Yo-Yo.
Estudió diferentes disciplinas como ballet clásico, jazz y acrobacias para mejorar su actuación.
Se volvió a presentar al Congreso Mundial de Yoyo y volvió a ganar en la categoría de representación artística. De ahí le ficharon para el Cirque du Soleil y en el momento de grabación de este vídeo se encontraba participando como orador en el escenario de TED con su Yo-Yo en la mano. Y comparte que lo que aprendió con su Yo-yo es que si te esfuerzas lo suficiente por tu pasión, no hay nada imposible. La charla a continuación se convierte en una exhibición de su maestría con el yo-yo.
Leticia Lledó
Voluntaria en el Comité de Comunicación
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